A menudo, en nuestro tiempo, el pensamiento corre el riesgo de verse obviado cuando carece de conexión con la llamada actualidad, con “lo que está pasando”. Sin embargo, me aferro a la creencia de que este tipo de pensamiento es el que mayor capacidad de orientación y guía tiene en la suma de nuestros días, en nuestra vida.
Rómpanse una y mil lanzas en favor de la palabra. La palabra que se expresa con amor y que desde su raíz busca llegar al otro para tocarlo, para expresarle el pleno reconocimiento de la humanidad compartida. La palabra que alienta y que prescinde de la arenga para reivindicar que, en todo, son iguales sus emisores y sus receptores.
La palabra que une afirma la verdad de que todavía podemos nombrar qué es lo que necesitamos, y al hacerlo construir en cada instante y en cada rincón, renovadas conversaciones preñadas de luz. Cuando nuestra palabra vibra porque nace tejida con las doradas hebras de la paz y el amor, va con ella el decidido y bello gesto de sanar para vivir, de contar para curar.
Marià Moreno